miércoles, 12 de diciembre de 2012


CONCURSO PUESTA EN VALOR Y RECUPERACION DEL MONUMENTO NACIONAL PALACIO PEREIRA/CRISTIAN UNDURRAGA



Seguimos entregándoles las propuestas completas del concurso impulsado por el Gobierno para la Puesta en Valor y Recuperación del Monumento Nacional Palacio Pereira. Anteriormente les presentamos el primer y el segundo lugar. Ahora podrán ver la propuesta correspondiente al tercer lugar del arquitecto Cristián Undurraga.

Entendemos la arquitectura como un objeto animado capaz de interpretar en el tiempo nuevos usos distintos a los originales. Es, en este reciclaje, que la obra renueva su fuerza inicial.
La recuperación del Palacio Pereira plantea dos desafíos claros: por una parte tenemos la recuperación del edificio patrimonial y por otro la construcción de un nuevo pabellón que de satisfacción al programa solicitado. Se trata de “un proyecto dentro de un proyecto” donde las estrategias deben ser necesariamente complementarias. El diálogo forzoso entre lo viejo y lo nuevo reclama una continuidad la que, en ningún caso, es sinónimo de inmovilidad. Por lo contrario, creemos que las nuevas edificaciones deben interpretar el pasado en clave contemporánea estableciendo un diálogo fecundo entre historia y modernidad.

Dentro del marco de acción restrictivo que impone el propio edificio, el proyecto de restauración propone las operaciones justas que permiten recuperar la lectura de la estructura original evitando reconstrucciones o ampliaciones historicistas que recomponen falsamente el edificio original.
El Palacio Pereira presenta distintos grados de deterioro. Algunas de sus partes, como la fachada exterior y el crucero interior, han sobrevivido a la destrucción conservando buena parte de su elaborada decoración la que da cuenta del esplendor neoclásico original. Se propone la restauración de estas zonas a su estado inicial, devolviendo al edificio su carácter fundacional.

Los salones interiores hoy están despojados de sus ornamentos quedando el esqueleto de ladrillo expuesto donde, en algunas partes de esta estructura, aún se conservan fragmentos de estuco y decorado original. En este caso se propone consolidar el estado actual ejecutando las reparaciones mínimas de modo tal que este “estado incompleto” sea una parte integral de la historia del edificio.
En el caso de los salones destruidos se propone reconstruirlos recuperando la legibilidad de la planta y el contexto espacial del edificio. Para ello usamos el ladrillo como material. Este cerámico será de dimensiones similares al ladrillo original pero de factura industrial, estableciendo claramente los distintos tiempos históricos dentro del inmueble.
Por otro parte se propone un nuevo pabellón en el sector norte del edifico donde se albergan las nuevas demandas programáticas impuestas al Palacio. La nueva construcción se desarrolla en torno a un patio cuya proporción fue determinada en base a la proporción aurea. El nuevo proyecto, respetuoso de su precedente histórico, recurre a la abstracción como una herramienta, que al trascender épocas y estilos, establece entre ellas un vínculo común.
Con el objeto de continuar la experiencia tectónica que la estructura de ladrillo nos ofrece, decidimos que el patio estuviese formado por una celosía de ladrillos que permita simultáneamente la transparencia, la tectónica y la abstracción.



La neutralidad de los espacios originales y la simpleza de los nuevos propuestos permiten una eficiente adecuación del programa tal como se expresa en las respectivas plantas aquí expuestas.
La característica especular del edificio neoclásico fue una ayuda a la hora de incorporar de manera simétrica el programa de dos instituciones distintas. Aquellas partes más nobles del programa se ubicaron en el edificio

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